miércoles, 7 de octubre de 2009

De Pelos y Peluquerías

En este post pretendo explicar la subjetividad más absoluta en la que podemos caer las mujeres;

Ir a la peluquería y pretender que te dejen como "la de la foto".
La mayoría de nosotras acudimos a la peluquería para sentirnos mejor, estar más guapas, hacernos un cambio de look o darnos un homenaje.

Lo malo es que suele terminar en chasco, hastío, decepción, desastre y hasta en jurar y perjurar que nunca más volveremos a ir a una peluquería.

La decepción llega cuando;
Después de meses pensando ir a la peluquería, por fin, acuerdas contigo misma una semana y un día aproximado ( es una experiencia que conlleva sus riesgos por eso nos tiramos taaanto tiempo recapacitando).

Cuando tenemos esta fecha cubierta, nos dedicamos la semana de antes, sino es más, a instruirnos e informarnos sobre los últimos cortes de pelo de moda o aquellos que llevan las celebreties con más o menos los mismos rasgos, estilo o anatomía que nosotras, y aquí es donde pecamos de subjetivismo.

Buscamos en internet y en revistas aquel corte que creemos nos favorecerá más o aquel estilo que más nos gusta, recortamos o imprimimos la foto y nos vamos con una ferviente sonrisa de camino a la peluquería.
Con esa foto guardada como oro en paño (la guardamos así porque creemos que esa foto será nuestra clave del éxito y no habrá nada que nos diga lo contrario)

Aquí el orgullo personal, la autoestima y la propia subjetividad nos impide abrir los ojos y aceptar que entre esa foto y tu, cualquier parecido es pura coincidencia. Ni tenemos los mismos años, ni el mismo estilo, ni el mismo maquillaje, ni el mismo color, ni el mismo tipo de pelo...

Por ello, después de pasar más de 3 horas en la peluquería, ver revistas de tías estupendas, celebrities con sus mejores galas y gastarte una pasta gansa en cremas, lociones, lacas y champús nos miramos en el espejo y exclamamos ¡Oh que horror! ¡yo no soy como ésta! ( y señalamos nuestra foto recortada y volvemos a mirarnos al espejo)
Cuando salimos por la puerta nos juramos a nosotras mismas: ¡Jamás, volveré a ésta peluquería!

Pero como todas las historias ésta también se repite, y unas con más frecuencia que otras, terminamos una y mil veces tropezando con el mismo peluquero.

5 comentarios:

  1. Veo que era verdad lo de que no se estaba volviendo monotematico... no se cuanto tiempo desde la antepenultima entrada, y ahora en poquisimo tiempo dos :D

    Tengo curiosidad por conocer al nuevo autor...

    PD: Anda, me acabo de dar cuenta de la encuesta :D

    ResponderEliminar
  2. Y has visto ya a los pececines a los que puedes dar de comer?? ^^

    ResponderEliminar
  3. Los de abajo? Mi antivirus me dice que mejor no los toque...

    ResponderEliminar
  4. Pues yo les doy de comer y no me tosen encima ^^

    ResponderEliminar
  5. Después de leer esto me he ido a mirar al espejo, pero lo mio no tiene arreglo...

    Pd: no había visto los peces aun!!! marditos!

    ResponderEliminar